
Leyendo el diario Portafolio me encontré con este llamativo titular: "El servicio también depende del consumidor", el cual me invitó a la reflexión y es que ¿quién de nosotros hace sus reclamos de insatisfacción en el servicio teniendo en cuenta que no ha acatado las recomendaciones dadas por la empresa al tomarlo?
Culturalmente, las personas que estamos inmersas a las teorías del comportamiento del consumidor, según sean nuestros perfiles profesionales, hemos sido subyugadas a seguir la máxima de "Al cliente hay que darle la razón". Esta frase nos ha acompañado por años, muchos años, y ha sido tal el efecto que los consumidores se han aprovechado de ella para defender sus intereses, aún cuando sus causas sean injustificadas.
Desde las empresas se deben consetir a los consumidores con un sin número de estrategias para conquistarlos, enamorarlos y conservarlos; pero también se deben establecer unas recomendaciones desde el inicio de la relación procurando que en todo momento ésta sea benéfica para ambas partes.
Hay algunas situaciones en las que el consumidor no tiene la razón, por esto los invito a leer este interesante artículo, en el que nos enseñan algunos consejos para mejorar la relación entre consumidor y la empresa, integrándolos para lograr un mejor servicio.